El Fotógrafo [Casa Caffaro] : revista mensual ilustrada de fotografía moderna

Investigación y reseña histórica por Mariana Rosales.

Esta publicación, de edición mensual, apareció por primera vez el 1° de enero de 1905. La tirada de 30.000 ejemplares se repartió de forma gratuita por única vez. A partir del segundo número, la revista circuló por suscripción con un valor de un peso. Fue editada por José Caffaro, un italiano que once años antes había desembarcado en el negocio local de la fotografía con “La Marina Argentina”, un local de fotografía ubicado en el centro porteño que contaba con un moderno estudio, que luego pasaría a manos de Florencio Bixio, un profesional de la fotografía, responsable del estudio Bixio&Co. Más adelante, la familia Caffaro replicará la experiencia comercial en el campo de la fotografía, instalando una cadena de estudios fotográficos (1), con locales en Buenos Aires, el Litoral argentino, hasta llegar a la ciudad de Asunción, en Paraguay (2).
El fotógrafo estaba dirigido a fotógrafos aficionados adelantados y profesionales, principiantes y todos en general, con un lenguaje claro y sencillo. Y en el campo de la prensa especializada en fotografía, del que daba cuenta en su número inaugural, venía a responder la demanda de los fotógrafos a nivel general. Según leemos en una de las notas del primer número, para 1905 la práctica fotográfica se habría democratizado: “fotografiar puede cualquiera” se afirma, ya que las cámaras tienen mayor grado de perfeccionamiento técnico y son más sencillos de manipular, y junto a los elementos para el revelado y copiado, son accesibles al gran público. Su uso es el entretenimiento, “la diversión artística” (“Instrucciones para principiantes”, n°1, p.3). La ilustración condensa el perfil de sus potenciales lectores. Un dibujo representa a un hombre y una mujer mirando una fotografía (copia en papel). Él está sentado en el escritorio donde apoya sus codos hay más copias y ella está de pie levemente reclinada sobre la mesa, con sus manos sobre uno de sus hombros. Completan la escena una cámara de fuelle, cubetas y pinzas más otros elementos para revelar y copiar fotos.
Acorde a su rol de promotor de la fotografía de aficionados, El fotógrafo incluía la sección Correspondencia de Consultas, donde todos los suscriptores estaban habilitados a pedir información -ya sea en forma anónima o con firma- sobre fórmulas, artículos, precios, nombres de fábricas. Las respuestas llevaban la firma de aficionados a la fotografía y en el caso de que alguna pregunta lo requiriese, sería resuelta por el staff de la revista. Tal como se lee en el segundo número de El Fotógrafo, una misma pregunta podía tener más de una respuesta, con datos aportados por distintos lectores aficionados a la fotografía. Así identificamos a A. Müller (presumiblemente Adolfo Müller, autor junto a Juan Müller de la colección de fotografía del Fondo Müller recuperado y conservado en CIFHA) como autor de una de las respuestas que atendía la consulta de otro lector sobre problemas para sujetar el papel aristo-platino. Allí, A. M. comentaba sobre un artículo que fabricaba la sociedad fotográfica de Steglitz en Alemania para salvar dicho inconveniente (El Fotógrafo, número 2, febrero 1905, p.31).
En su rol de difusor de la práctica fotográfica, El fotógrafo sumó otras iniciativas de promoción. En primer lugar, la revista invitaba a los lectores a publicar sus clichés, para lo cual el único requisito es que enviaran una copia bien hecha, con los datos del tiempo de exposición, revelador, papel. etc. Además, se propuso la creación de concursos y premios a los trabajos realizados, sobre todo, con las placas y papel de la marca Dos Anclas, que pertenecía a la firma propietaria de la revista.
Sustentada por la venta por suscripción y la publicidad, contaba entre sus anunciantes con uno de los negocios familiares, como era el caso de la firma A. Caffaro y Hno. (fábrica de aparatos de cirugía, ortopedia y electricidad médica), emprendimientos de inmigrantes italianos (constructores, carpintería de obra, despachantes de aduana, fabricantes de mandolinas y guitarras) y negocios financieros (prestamistas de dinero y un banco).
La colección en CIFHA de esta revista editada por Casa Caffaro y Cía. comprende 12 números, entre enero y diciembre de 1905.

Notas
1-En 1913, el negocio de fotografía de José Caffaro estaba registrado en la Av. Corrientes 2592, con dos sucursales: Santa Fe 1621 y Florida 654. Además, la firma Caffaro José y Cía, propietaria de una fábrica de aparatos de cirugía, estaba ubicada en Lima 1029. (Anuario Kraft, 1913, Tomo I, p.419, leído en: https://books.google.com.ar/books?id=Gj_nEsR0K0cC&pg=PA193&dq=Anuaio+Kraft+1907&hl=es-419&sa=X&ved=2ahUKEwisrc_T5rv1AhWKqZUCHcISAbEQ6AF6BAgCEAI#v=onepage&q=Anuaio%20Kraft%201907&f=false)
2- Recuperado de: http://www.apellidositalianos.com.ar/historias-de-inmigrantes/fotografos-italianos.html

Auspiciantes: A. Caffaro y Hno. (fábrica de aparatos de cirugía, ortopedia y electricidad médica), emprendimientos de inmigrantes italianos (constructores, carpintería de obra, despachantes de aduana, fabricantes de mandolinas y guitarras) y negocios financieros (prestamistas de dinero y un banco).

CIFHA posee un volumen correspondiente al primer año de la publicación

Posee un índice temático al final del volumen

Año 1, n. 1 (1905, ene. 1) - Año 1, n. 12 (1905, dic. 1)

Secciones fijas: Correspondencia de Consultas