Correo Fotográfico Sudamericano : revista quincenal consagrada a la fotografía y sus aplicaciones. Año 38, n. 848 (1959, jun. 15)

Mesa revuelta:

Pinturas para pantallas. Pantallas para proyección —de películas cinematográficas para o diapositivos— hay de diversos tipos, y cada uno de ellos tiene, por sus ventajas e inconvenientes, una aplicación especial. En su artículo "De la pantalla", publicado en el N” 847 (Junio 1° de 1959) de "C.F.S.", página 21, Juan de la Cineteca trata el tema "in extenso". Es probable que las pantallas comerciales de extraordinaria luminosidad que han tenido ocasión de observar —lectores A. y B., de Marcos Juárez. provincia de Córdoba— sean del tipo de las perladas; lamentablemente su fabricación es complicada y no puede abordarse en forma casera. Son en cambio relativamente fáciles do improvisar o preparar, con buenos resultarlos, las pantallas blanco mato que, justamente, son las de aplicación más universal. A fin de que cumpla ese objeto, una superficie no sólo debe ser blanca, sino opaca, de modo que no se pierda luz por transmisión. Para una pantalla pequeña un cartón blanco resulta satisfactorio; para una de mayor tamaño es conveniente tender una tela consistente en un marco de varillas de madera. La tela deberá pintarse; se puede usar para ello una lechada de cal a la cual se haya agregado una cantidad conveniente de cola para evitar el descascaramiento; pero es preferible emplear una mezcla compuesta por: goma arábiga, 50 g; magnesia blanca (hidrocarbonato de magnesia), 200 g, y agua, 1 litro. La goma se hará disolver previamente en el agua dejándola uno o dos días suspendida en ella encerrada en una bolsita de muselina, Si se trata de pintar una pantalla enrollable, habrá que agregar a la mezcla una pequeña cantidad de glicerina para evitar el resquebrajamiento. Es posible también fabricar una pantalla metalizada valiéndose de la pintura preparada como sigue: se mezclan en un litro de agua, ligeramente calentada a baño de maría. 30 g de cal apagada, 35 g de caseína y 10 g de silicato de sodio; al conjunto se agregan 20 g de albayalde y 20 g de polvo impalpable de aluminio; es preferible aplicar esta pintura por pulverización --

Para medir el pH. Las letras pH seguidas de una cifra, que acompañan a medir muchas fórmulas fotográficas —lector R. W. C-, de Dolores. provincia de Buenos Aires— son una indicación del grado de alcalinidad o de acidez de las soluciones. Las letras son iniciales de las palabras "potencial hidrogeniónico" y las cifras, el logaritmo de la recípro-ca de la concentración de iones hidrógeno. Desde el punto de vista práctico, lo que interesa tener presente es que la cifra 7 indica el estado de absoluta neutralidad (la del agua purísima, por ejemplo); descendiendo hacia el 0 se tienen grados crecientes de acidez y, ascendiendo hacia 14 (que es la cifra máxima), grados crecientes de alcalinidad. Así. por ejemplo, pH 2 Indicará una solución fuertemente ácida; pH 6.5. otra de débil acidez; pH 7.5, una poco alcalina y pH 12 otra de fuerte alcalinidad. Los químicos, cuando requieren mucha precisión, miden el pH de las soluciones con complicados aparatos denominados potenciómetros. Para las necesidades fotográficas, basta generalmente con emplear los papeles indicadores que se expenden en los negocios de artículos para laboratorios químicos. Se utilizan como el papel de tornasol, mojándolos rápidamente en la solución y comparando en seguida el color que toman con una carta de colores que se provee; los dos colores más parecidos de la carta indican el margen de pH en que está comprendida la solución estudiada. Se suele usar primero un papel llamado universal, de escala amplia (entre 2 y 12, por ejemplo) que da la primera indicación general, precisando luego el dato mediante otros papeles de escala más re-ducida (de 4 a 6. de 6 a 8, de 8 a 10. verbigracia) que permiten evidenciar diferencias más sutiles. Parecido servicio al de los papeles prestan las soluciones de colorantes indicadores, de las cuales es necesario verter una gota en un tubo de ensayo que contenga la solución a estudiar y luego observar la coloración producida; pero su mantenimiento resulta más complicado en el laboratorio --

Imágenes de ruedas. Es natural que al fotografiar vehículos terrestres en de marcha rápida, la parte superior de las ruedas resulte en la imagen más movida que la inferior —lector N. O., de Tigre, provincia de Bs. Aires—. En cada momento determinado, la porción de la rueda que apoya en el suelo está inmóvil con respecto a éste, mientras que la opuesta se mueve en la misma dirección que el vehículo pero con el doble de velocidad; por eso esta parte de la rueda suele salir más movida que el vehículo y éste más movido que la base de la rueda.


Foto de tapa: "Mitai", por José Val

Año 38, n. 848 (1959, jun. 15)


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